lunes, 26 de febrero de 2007

Olympia

En su presencia el tiempo se me muestra como es: intemporal.
Como ella.
Muchas cosas que quiero entender ella las sabe. Desde siempre, estoy seguro. Aunque no hayamos hablado aún sobre ellas.

sábado, 24 de febrero de 2007

Espirales en humo

Una de las primeras cosas que comprendí filosofando sobre la interconexión de todo, fue como podía tener intuiciones y obtener información sobre un suceso mediante la observación de otro.
Las espirales del humo de un cigarro, por ejemplo. Las formas que adopta son totalmente dependientes de todo lo que existe y está ocurriendo a su alrededor, pues la más mínima perturbación hace que varíen. Es por eso que sus dibujos en el aire encarnan el estado de todo en ese momento; son como una instantánea.
Si sabes leer en ellas, las formas de los sucesos aleatorios ofrecen posibilidades increíbles. Cuál es el estado de ánimo o incluso los pensamientos de la persona que está fumando es un ejemplo de ello.
También todo lo que ocurre en el momento presente está generado por la evolución de todo lo que ha ocurrido hasta ahora, de modo que los estados pasados también han dejado su huella. Sin embargo, tener intuiciones sobre el pasado en un lugar aun está fuera de mi alcance. Sé que esa información está contenida en lo que puedo ver ahora, tal vez un poco oculta.
Tengo que aprender a sacarla a la luz, como si fuera un mensaje escrito con jugo de limón.

jueves, 22 de febrero de 2007

Los catáfilos

Suena a tópico pero París nunca deja de sorprender. Al interesarnos por las catacumbas hemos descubierto todo un movimiento de gente que las explora, mapea y disfruta. Se hacen llamar catáfilos y tienen interesantes páginas web que incluyen mapas y fotografías.
Aunque nosotros sabemos que no son lo único que se mueve por los subterráneos.
Gabrielle y yo hemos encontrado una puerta desde el parking de la torre para acceder a las catacumbas. Lo curioso es que esta puerta no estaba allí el día anterior, y que en ella hay grabada una máscara sonriente con aspecto clásico. Parece el rostro burlesco de un sátiro. Sea lo que sea lo que mora en el subsuelo acaba de invitarnos a que lo descubramos. Por eso convencimos a un par de catáfilos para que nos hicieran de guía y hemos explorado algunas zonas durante la noche. Bajo la zona del Trocadero existe una sala subterránea bastante amplia, y esta gente ha montado un cine clandestino. Acudimos a una proyección y tuvimos un encuentro más que interesante: Olympia.
La chica que manejaba el proyector estuvo charlando con nosotros y ahora no recuerdo cómo, la conversación desembocó en que existía una caverna que para ella era un lugar perfecto para meditar. Practica los ritos de incubación e intenta experimentar lo que ha leído y oído sobre la tradición de los Iatromantes de la antigua Grecia. Se ha criado oyendo hablar de estas cosas, ya que su padre es un historiador de las religiones griego, un tal Alexandros Doxiadis. No doy crédito a encontrar un practicante de todo lo que he estado leyendo. Me encanta la sencillez con que trata el tema, como si fuese algo cotidiano, sin ninguna ínfula de intelectualidad ni pretensiones de sorprendernos. Nos lo comenta porque ha salido el tema. Gabrielle se ha interesado por tratar de encontrar esa caverna. Si la chica siente que es un lugar especial, lo más parecido a una puerta al inframundo, tal vez lo sea. Un lugar conectado con el Otro lado.
Yo no le he hecho casi preguntas. Sólo quiero escucharla. Hay algo en ella, y no me refiero a lo increíblemente guapa que es, sino a una quietud que desprende. Nos comenta un local en el que suelen reunirse los catáfilos por si queremos pasarnos.
Volverla a encontrar es ahora mi prioridad.

Trascender los contrarios

Ser o no ser, esa es la pregunta.
Ser y no ser, esa es la respuesta.

La puerta al inframundo

He estado leyendo En los oscuros lugares del saber de Peter Kingsley. Con él he descubierto el trasfondo del poema de Parménides y comprendido que en la tradición europea también han existido prácticas chamánicas.
Explica en su libro que hacia el siglo VI a.c. una forma de iniciación importada desde Anatolia occidental a otras zonas del Mediterráneo y del mar Negro consistía en sufrir los ritos de incubación. Mediante cierto arte de la meditación llamado hesychia, en ciertas grutas consideradas puertas al inframundo (Caronium o Plutonium), el místico llegaba a un estado entre el sueño y la vigilia donde se abolían el tiempo y el espacio. Era su método para alcanzar la muerte iniciática.
Llegaban a convertirse en Pholarchos, señores de las guaridas, capaces de viajar al reino de los muertos sin haber muerto, aprender de sus propios sueños y adquirir poderes de oráculo de la mano de Apolo Oulis (Apolo sanador) o de su hijo Asclepio, así como la capacidad de guiar a otros en sus procesos de incubación para sanar sus cuerpos al ponerlos en contacto con esta otra realidad.
Eran llamados Iatromantis.
Con los ritos de incubación se conseguía la llave para descender a los infiernos y regresar transformado del Hades, que es llamado Plouton (Pluto), el Rico, donde se esconden todos los tesoros, donde se produce el encuentro con los dioses.
Fascinante.

miércoles, 21 de febrero de 2007

Paralelismos: Lao Tse y Parménides

En el taoismo, el Tao es entendido como el Absoluto o la Totalidad y está presente por doquier. El todo en cada una de las partes; el Absoluto en cada uno de los relativos. Pero, ¿cómo se realiza el Tao en cada uno de sus particulares? ¿Cómo se manifiesta lo Trascendente? A través del Te, que suele traducirse como potencia, eficacia o virtud. El Te es la ley de los cambios y transformaciones del universo por la cual del Absoluto se generan todos los seres. No se entiende según un principio de causalidad, porque las transformaciones de los seres no se deben a una sucesión de fenómenos, sino a una alternancia de estados dentro de su propio seno debido a su Te, a su propia naturaleza. Se trata de una generación y transformación espontáneas por la virtud del Tao y no por causas externas.
El Tao no es una sustancia es un proceso. Principio dinámico primordial anterior a toda manifestación, más allá de todo origen y al cual todo debe retornar. Madre universal en la que se engendran y de la que nacen todos los seres. Anterior a la distinción entre ser y no ser, dado su carácter de unificador de todos los contrarios. Ambos extremos quedan superados en una nada que lo es todo y un todo que no es nada.
Ahora tienen sentido para mí las palabras del Tao Te Ching:

Valle, espíritu, inmortal;
llámase hembra misteriosa.
El umbral de la hembra misteriosa,
es la raíz del cielo y de la tierra.
Continuamente,
así es como parece existir,
y su virtud nunca se agota.


En el poema de Parménides de Elea, el protagonista hace un viaje para descubrir la Verdad. Viaja al punto de donde proceden la noche y el día. El lugar mítico de donde nacen el cielo y la tierra, donde las puertas están ancladas en el Tártaro pero se elevan hasta los cielos. Este es el lugar que da acceso a las profundidades pero también al mundo superior, el lugar dónde la Diosa puede mostrarte la Verdad.

Shanghai

¡Qué lugar más increíble!
Difícil describir todo lo que experimenté cuando estuve allí; de lo que estoy seguro es de que no será la última visita.
Aquellos que nos acogieron fueron anfitriones perfectos, de ese tipo de gente que te hace preguntas y se preocupa realmente de escuchar las respuestas.
Cuando se interesaron por mi forma de entender el mundo y la magia, estuve un rato tratando de hacer coherentes para otros mis disquisiciones de teoría de sistemas y caos. Ellos asintieron como comprendiendo en seguida y dijeron:
- eres un mago taoista.
Bueno es saberlo.
La verdad es que lo que aprendí allí me ha sido imprescindible para comprender todo lo que me ha ocurrido después.
Observar cómo fluía el qi a través de un maestro de Tai-chi en un parque me dio muchas ideas. Trato de aprender algo aquí en París con un curioso profesor que no quiere cobrarme. A cambio me dijo que sólo quiere que le traiga fortuna a sus hijos. Así, sin comerlo ni beberlo y sin que yo le haya contado nada, por supuesto, me pidió eso. Le he dicho que trato, porque me han contado que es un gran profesor. Ya veremos cómo saldo yo mi cuenta con toda la estirpe del señor Yu.
Por cierto, estoy muy orgulloso de las fotos que tomé en Shanghai. He conseguido llevar mi mente a cierto estado de contemplación con el que consigo capturar escenas memorables. Estado que tiene mil aplicaciones más.

martes, 20 de febrero de 2007

Mantener la creatividad

Algunas teorías proponen que el cerebro es un sistema constituido para operar cerca del caos, de modo que la menor perturbación -una percepción, un pensamiento que se cruza en un razonamiento-, conduce a la generación de un orden que puede cambiar con facilidad, ser nuevo cada vez.
Las personas creativas gustan de cultivar dudas e incertidumbres porque están llenas de matices, de no certezas (ya que las certezas son pensamientos cerrados, algo así como callejones sin salida). Se concentran en estos matices, sacan provecho de las dudas y les encanta romper sus esquemas, permitiendo así que en su mente emerja algo novedoso.
Quiero que mi mente sea un suelo fecundo sobre el que las incertidumbres produzcan saltos a nuevos planos de referencia.
Una vez leí que una de las implicaciones del pensamiento sistémico es la reverencia por la incertidumbre. Decía que ésta era la diferencia entre un visionario y un fanático, ya que un fanático lo que pretende es eliminar la incertidumbre. Yo quiero utilizarla para no limitar de lo que puedo ser capaz.

Sobre el tiempo

Un proverbio de los indios americanos dice que el tiempo es atemporal, que esto es algo que siempre han sabido y que el hombre blanco debe aprender. Yo entiendo esto como que el tiempo tiene un sentido, como una flecha que indica una dirección, pero no un flujo. Más que como un río que en su corriente arrastra los sucesos, se manifiesta como las ondas que se propagan en un lago.
Las ondas se propagan desde la perturbación que las origina hacia afuera y no en dirección contraria (esto marca la flecha del tiempo), pero el agua del lago no se precipita siguiendo ningún curso. El tiempo no condiciona la evolución de las cosas, es la evolución de las cosas lo que configura el tiempo.
Las cosas evolucionan siguiendo su propia naturaleza en interacción con todo lo demás. Decir "todo lo demás" llega un momento que no tiene sentido, ya que en el nivel más profundo todo lo que existe compone una totalidad ininterrumpida que no está separada en partes. De esta forma, cualquier sistema evoluciona en conexión con todo y del sentido que toma la evolución del todo conectado surge el tiempo. Todas las cosas están en interacción, porque todo es uno.
Creo entender ahora la frase de Heráclito que decía:
"La sabiduría es una sola; conocer la razón por la cual todas las cosas son dirigidas por todas."
 
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