Algunas teorías proponen que el cerebro es un sistema constituido para operar cerca del caos, de modo que la menor perturbación -una percepción, un pensamiento que se cruza en un razonamiento-, conduce a la generación de un orden que puede cambiar con facilidad, ser nuevo cada vez.
Las personas creativas gustan de cultivar dudas e incertidumbres porque están llenas de matices, de no certezas (ya que las certezas son pensamientos cerrados, algo así como callejones sin salida). Se concentran en estos matices, sacan provecho de las dudas y les encanta romper sus esquemas, permitiendo así que en su mente emerja algo novedoso.
Quiero que mi mente sea un suelo fecundo sobre el que las incertidumbres produzcan saltos a nuevos planos de referencia.
Una vez leí que una de las implicaciones del pensamiento sistémico es la reverencia por la incertidumbre. Decía que ésta era la diferencia entre un visionario y un fanático, ya que un fanático lo que pretende es eliminar la incertidumbre. Yo quiero utilizarla para no limitar de lo que puedo ser capaz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario